Cuando hablamos de un controlador domótico nos estamos refiriendo a lo que podríamos denominar como un cerebro electrónico, el cual tiene como finalidad captar toda la información que le brindan los diferentes sensores que haya distribuidos por distintos puntos de la casa. Toda la información recibida es procesada y, posteriormente, genera diferentes órdenes a los actuadores, que son los encargados de ejecutarlas. Si echamos la vista atrás, en el pasado existían diferentes sistemas de control que gestionaban aspectos como la calefacción y el aire acondicionado, el consumo energético, la seguridad del hogar o la iluminación, utilizando un dispositivo para controlar estos y otros puntos. Con la evolución domótica hoy en día no hace falta contar con varios sistemas, dado que todo está centralizado en un único dispositivo, con lo que se reduce notablemente el equipamiento necesario, tanto si es en un hogar como si es un edificio, un negocio… Actualmente, la gran mayoría de fabricantes domóticos, por no decir el 100%, cuentan con soluciones compuestas por un sistema de control centralizado y un gran número de sensores y actuadores, los cuales pueden ir siendo implementados poco a poco según se necesiten.